¡Me encantan los petos de pana para ir al campo! Bueno, al campo y a donde haga falta. Un pantalón de peto evoca peripecias entretenidas al aire libre, nos imprime un look alegre, enfocado hacia las diversiones alejadas del colegio y de las tareas estudiantiles. ¡Los pantalones de peto tienen alma de finde en sus costuras!
Mirad por ejemplo este precioso diseño Mon Ami. ¿Verdad que el peto irradia buena sintonía con los planes emocionantes en vacaciones, las escapadas bajo cielos primaverales? ¡Recordemos que es la vestimenta característica de Tom Sawyer, el aventurero por excelencia!
Los petos me sugieren también otras actividades menos intrépidas pero igualmente antojables, como la jardinería, o la horticultura. Y, aunque no sepamos nada de huertos y jardines, ni tengamos en proyecto una expedición en balsa por el Mississippi, hay mil cosas divertidas que pueden surgir cuando llevamos un peto de pana. Por ejemplo, merendar sentadas en un puente de troncos sobre el arroyo, llevando una hoja de lechuga por si aparece un galápago.
Aquí veis a nuestra modelo con la perrita Mina, paseando por un olivar cerca de Sevilla, uno de tantos días soleados en este otoño de pocas lluvias (¡qué bien!). Porque la verdad es que a pesar del sol hace fresco a menudo, y es muy de agradecer ponerse un conjunto tan calentito. ¡Con esas botitas de cáñamo y loneta estampada tan ideales además! Tienen suela de caucho que nos aíslan muy bien del frío.
¡Un detalle que me encanta son los ollaos de la chaqueta! Observad esos redondelitos de metal que permiten cerrar la chaqueta con un cordón anudado graciosamente, a la manera de los cordones de los zapatos.
Pero vuelvo atrás, que se me van los dedos escribiendo. ¿Dónde podemos ir llevando este conjunto de pana tan encantador? Vamos apuntando: de visita, de tiendas, de tapeo familiar el domingo, a un cumpleaños…
Más detalles de diseño: el bolsillo del peto es perfecto para llevar el móvil, lo coges con toda comodidad aunque estés sentada, no como cuando tienes que sacarlo del bolsillo de un pantalón. Y es un detalle que nos gusta, sin más, aunque nunca lo utilicemos para guardar cosas.
Salir con un peto de pana, en definitiva, se nos antoja algo muy próximo a recoger hortalizas y frutas en un canasto, o cruzar un prado saltando y corriendo, o llegar a un arroyo escondido bajo los árboles para tomar la merienda sentados en un puente de troncos, con los pies descalzos en el agua.
En resumen… ¡que me encantan los petos de pana!
2 comentarios en “¡Me encantan los petos de pana!”
Me encanta el peto pero creo que lo que más me gusta es la perrita ¡¡como posa ella!!😍😍
¡Muchas gracias, Alejandra! 🙂 La perrita es adorable, no he conocido criatura más buena en mi vida.